viernes, 13 de junio de 2014

13 de junio, día del escritor




Por Magdalena

En honor a Leopoldo Lugones.

Dedicado a mi hermana.



Poesía. Todo lo que tocas lo conviertes en algo sublime. Poesía. Magia transformadora. Poesía, centinela de la vida. Poesía, custodia de la esperanza. Poesía, creadora de héroes y santos. Poesía, mímesis hablada del Ser Supremo. Poesía, que conviertes a lo común en único. Poesía, esposa del triste. Poesía, hija del dichoso. Poesía, flagelo del vacuo. Poesía, muerte del desesperado. Desahogo del turbado. Arrullo de los niños. Besos del amante y del amado. 


Poesía. Palabras descriptoras de colores, sentimientos, seres. Poesía, regalo primogénito que Dios le dio al hombre en el paraíso junto con el mandato de nombrar la creación.

 Poetas, nombradores de las criaturas en sus significados más diversos y más contradictorios.

Poeta, el cosmos te habla en diferentes lenguas. ¿No te habla acaso un árbol al mismo tiempo de amor y de desesperación? ¿No fue en un árbol donde el Señor nos redimió y en un árbol donde el traidor se quitó la vida?

Poeta, acosado por la realidad que te invade y te habla, andas por la vida versificando las cosas. ¿Qué te dicen, poeta, las cosas? ¿Por qué a ti te revelan misterios que a los hombres comunes nos callan? ¿Cómo haces para comprender el lenguaje de los pájaros, y para descifrar el murmullo del río, del viento, del crujir de las hojas? ¿Qué pincelada trazó en tu alma el Creador, para que por ella las cosas penetren como por un caleidoscopio, multiplicándose sus formas y sus significados? ¿Es lo que llevas en el alma una pincelada dulce o la marca de un azote que te agobia? ¿Cuál es tu destino: el gozo o el calvario?

No calles poeta. Por más que tu vocación por momentos se vuelva ácida y te arda, y te queme las carnes, no calles. Te necesitamos poeta. Olvídate de ti y de la herida de tu alma. Sabemos que te duele. Sabemos que no va a cicatrizar sino allá donde las cosas no necesiten vestirse de tanta tierra para que las entendamos. Solo allá se acabará tu pena. Pero mientras tanto, poeta, no calles. Que la nada del mundo no se ciña a tus labios. Te necesitamos poeta. Los hombres modernos, sumergidos en la vorágine de la vida, invadidos por máquinas y por números seguimos necesitando tus versos de cielo, para dar a nuestras almas una tregua con la chatura y el nihilismo de nuestro siglo. Por ello, no calles poeta. Que tu garganta se te vuelva de sangre si es preciso. Que se te paralice la mano que guía tu pluma, de tanto escribir las cosas. Que se te llenen de sueño los ojos. Que te persigan los apisonadores de adoquines. Que tu voz se quede muda de tanto gritar la realidad. Pero nunca calles. Si callas no solo cargarás sobre tus espaldas el no haber cumplido tu misión, sino que además serás responsable de que en el mundo nunca más florezca un héroe.

Que tu poesía llegue a los confines del orbe, porque cuando la belleza se impone hasta la naturaleza se dobla a sus pies, rendida ante el portento. ¿No sucede eso ante el atardecer, cuando  la belleza deja su timidez para mostrarse y la tarde se cae de asombro y la noche no se atreve a levantar la cabeza? ¿Qué no harán los hombres que no son ni tarde y noche ante tus versos sagrados? El inglés nos decía, lleno de verdad, que ciertamente necesitamos sacerdotes para que nos recuerden que un día moriremos ¡Pero también necesitamos poetas que nos recuerden que aún estamos vivos!

Gracias poeta, por tus intuiciones hiperestésicas. Gracias poeta, por la verdad amarrada a tu cintura. Gracias poeta, por mostrarme la realidad con la anchura que su belleza reclama. Gracias poeta, por tu conexión directa con lo divino. Gracias poeta, por tu angelical  sentido de la realidad. Gracias poeta, por tu agudísima alma. Gracias poeta, por las lágrimas que viertes a oscuras y que solo el Creador percibe. Gracias, por enseñarme lo que significa la Patria. Gracias, por hacerme escuchar las voces mudas. Gracias, por encontrar  palabras a mis sentimientos. Por hacer hablar a las estatuas. Por descifrar el canto del cielo, el de la tierra, el de el árbol, el del mar, el de la noche y la mañana, el de los niños, el del llanto, el de la risa, el de los ojos enamorados. Gracias poeta por entender un poco más a Dios y explicárnoslo a los hombres. Gracias por tus preguntas de infinito. Gracias por tu alma sedienta de eternidad.

No calles poeta. El mundo, necesita ser descifrado. Los hombres, necesitamos descifrar el mundo. No calles. Dios necesita hablarnos. Nosotros, necesitamos oírlo. No calles poeta. Inmola tu alma en un holocausto de belleza y que su aroma nos una con el Cielo y la Deidad.



2 comentarios:

  1. Breve pero conciso.Genial.Me gustó mucho

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  2. Muy hermoso!!
    El mundo necesita de la BELLEZA!! el hombre esta sediento de eternidad...
    gracias por esta pagina y por regalarno estos escritos llenos de verdad y de bien...
    Que DIOS los bendiga! ¡¡VIVA CRISTO REY!!

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